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Una mujer desvanecida, tirada en el suelo, despatarrada, despeinada. Se para como puede y nos muestra su disfraz: pelo rubio abundante, depilaciA?n siempre, vestido corto y al cuerpo, con brillos, cartera chota, zapatos de taco y labios color magenta. Y ella ahA�, hecha concha. SaldrA�a pero caminar le cuesta, es por tanta fiesta, asA� que se queda ahA� esperando, hecha concha.
Se llama AimA� (la muy amada en francA�s), nombre que tambiA�n es parte de su disfraz, y nos cuenta, como si nos contara un secreto, su historia. Lo conociA? en un baile y tuvieron quA�mica al instante. Al poco tiempo la invitA? a vivir con A�l. Se llama GuzmA?n. Pero GuzmA?n no es nombre sino apellido, cuestiona ella que no es culta y no puede cuestionar. AdemA?s, ellos se aman y ella debe entregarse al amor hasta desaparecer.
GuzmA?n tambiA�n tiene su disfraz, todo peludo, tan peludo que ella ya ni recuerda su cara. Entra y se va por el techo, haciendo ruido por las chapas. Sale a esa ciudad que A�l llama TrA?pico del Plata. Pero a veces entra por la puerta para ofrecer grandes fiestas: Las Noches de los Enmascarados. Generoso con sus amigos, los invita a conocer a AimA� y ella, obediente a su amor por GuzmA?n, atiende a estos hombres con sus disfraces daA�inos en un ritual de violencia que la rompe por dentro y por fuera.
Como buen texto teatral la informaciA?n se nos va dando lentamente. Desde el principio hay algo que no cierra y lentamente vamos haciA�ndonos de pistas en un relato que se vuelve una confidencia, donde AimA� nos cuenta lo que no se anima a contarse a sA� misma. Pronto la historia de amor es violencia, es abuso, es perversa al punto de revolvernos el estA?mago. Y asA�, AimA� se va animando a decir cada vez mA?s, y mientras dice se permite cuestionar, pero no puede escapar de su disfraz.
Todo en la obra estA? puesto a disposiciA?n del relato. Una escenografA�a sencilla pero efectiva, que realza la soledad de AimA�, la precariedad de su vida, su encierro, su aislamiento, su exposiciA?n ante los demA?s. La iluminaciA?n acompaA�a los distintos momentos del relato y genera la intimidad de la confidencia. El vestuario es acorde al disfraz y logra expresar la incomodidad de AimA� en cada detalle. Laura Nevole es quien le pone el cuerpo a AimA�. TambiA�n es ella quien recrea el personaje de GuzmA?n desde los ojos de AimA�, y lo hace de tal manera que vemos dos personajes en escena. La actuaciA?n es impecable, nos hace entrar en el relato desde que se prenden las luces (y nos llevarA? algA?n tiempo para salir, inclusive despuA�s del aplauso). La dramaturgia, de RubA�n Sabadini (se puede encontrar en el libro Diez por diez de Editorial EscA�nicas.Sociales) es un relato precioso que logra conmovernos y atraparnos desde la primera frase.
a�?Una de las funciones, creo yo, mA?s especA�ficas, mA?s claras y evidentes del teatro es poner justamente a la violencia frente a los ojos del espectador y producir con eso algoa�?, dice Mauricio Kartun* dando cuenta que el teatro cumple con el ritual de poder hablar sobre violencia a travA�s de la escena y TrA?pico del Plata es una obra de esas que no nos deja salir inmune del teatro,una obra que nos cuestiona, nos interpela, nos enfrenta con la violencia y nos atraviesa por completo.
*DesgrabaciA?n de la intervenciA?n en el ciclo Violencia y Cultura, Biblioteca Nacional, 2013.
SA?bados a las 18 horas
Espacio CallejA?n: Humahuaca 3759 (CABA)
Ficha tA�cnico-artA�stica
Dramaturgia: RubA�n Sabadini
ActA?a: Laura Nevole
IluminaciA?n: Alejandro Le Roux
DiseA�o de vestuario: Jam Monti
DiseA�o sonoro: NicolA?s Bari, MatA�as Niebur
RealizaciA?n de escenografA�a: Gustavo Di Sarro
DiseA�o grA?fico: Sergio Calvo
Entrenamiento corporal: Valeria Tollo
Entrenamiento vocal: Valeria Tollo
Asesoramiento escenogrA?fico: Gabriela A. FernA?ndez, Rodrigo GonzA?lez Garillo
Asistencia de escenario: Fede FernA?ndez, Juan Lapargo
Asistencia de direcciA?n: Juan Lapargo, Valeria Tollo
Prensa: Corre y Dile
ProducciA?n: Vera Vera Teatro, Lorena Astudillo, MarA�a Schnitzer
DirecciA?n: RubA�n Sabadini